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El Armario, Ni Pisarlo

Cuento

Laura is sad

Laura is sad

Laura hoy se ha levantado triste, sin ganas de hablar con nadie. Solo tiene ganas de comerse un helado, con sabor a soledad. Laura piensa que la vida le tiene manía, que nunca le saldrá nada bien. También piensa que necesita ayuda de algún especialista. Laura cree que esta sola, que no tiene a nadie con quien hablar, contarle sus historias, buenas y malas.

Pero yo quiero pensar que no es así, creo que se ha acercado a la gente que no debía, y sé que todo cambiara, y cambiara a mejor. Laura podrá ser feliz, y no creo que falte mucho tiempo.

Foto de xapaburu.

 

La casa de las palabras

 

Ayer fue Sant Jordi y como es típico la persona que me quiere me ha regalo un libro, a faltado la rosa pero no la hecho de menos jeje. Esta vez ha sido, El libro de los abrazos, de Eduardo Galeano.

Anoche antes de ir a dormir me lo empecé y vi una parte que me gusto mucho y me apetece que la leáis a ver que os parece, aquí os la dejo:

            “A la casa de las palabras, soñó Helena Villagra, acudían los poetas. Las palabras, guardadas en viejos frascos de cristal, esperaban a los poetas y se les ofrecían, locas de ganas de ser elegidas: ellas rogaban a los poetas que las miraran, que las olieran, que las tocaran, que las lamieran. Los poetas abrían los frascos, probaban palabras con el dedo y entonces se relamían o fruncían la nariz. Los poetas andaban en busca de palabras que no conocían, y también buscaban palabras que conocían y habían perdido.

            En la casa de las palabras había una mesa de los colores. En grandes fuentes se ofrecían los colores y cada poeta se servía del color que le hacia falta: amarillo limón o amarillo sol, azul de mar o de humo, rojo lacre, rojo sangre, rojo vino…”

Mario: Cumpliendo su sueño

Mario: Cumpliendo su sueño

Mario se despertó contento, efusivo, con ganas cantar y no parar de bailar. Pero por las tareas del hogar y del poco tiempo que disponía no se lo podía permitir.

Comenzó tomándose una taza gigante de Café, de esas que hacen que no parpadees en todo el día. Cuando ya tenia los nervios a flor de piel, por el café, se acerco a el equipo de música, conecto su iPod y puso el disco de Kylie Minogue -X- , saco la aspiradora (de esas que van sin cable) y empezó a pasarla.

Sin querer las piernas se le movían como queriendo bailar, pero Mario sabia que no podía entretenerse ya que cuando volviera Pablo del hospital, de trabajar, tendría que haber limpiado la casa y preparado la comida.

Conforme iba acabando de pasar la aspiradora por todos los cuartos de la casa iba soltándose más la melena, Mario aun tenía más ganas de bailar.

Al final no pudo resistirlo y empezó a bailar sin parar, utilizando la aspiradora de micrófono, subiéndose por los sofás como si estuviera en un escenario.

De repente Pablo volvió a casa. Mario no se dio cuenta de que Pablo esta ya en casa y siguió bailando por toda la casa. Mario pensaba que Pablo se enfadaría si lo veía perdiendo el tiempo mientras el trabajaba para sacar la casa adelante.

Pero paso todo lo contrario a lo que creía Mario. Pablo dejo su abrigo apoyado en el sofá, se acerco al equipo de música y subió el volumen del iPod al máximo. Mario estaba tan dentro del papel que no se dio ni cuenta. Pablo se acerco por detrás, cogió a Mario de la cintura y empezó a bailar con el.

Mario se dio la vuelta asustado por su reacción y también por la vergüenza de cómo lo pillo, pero Pablo siguió bailando a lo que Mario no puedo resistirse e hizo lo mismo.

Ese día Mario y Pablo no comieron. Acabaron desnudos, abrazados, dentro de la cama mientras de fondo sonaba… “…How does it feel in my arms? Do you want it? Do you need it? Can you feel it? Tell me. How does it feel in my arms?...”