Sábado 22 Cuarto día
El cansancio ya puede con nosotros.
Hoy me he despertado hecho polvo y con dolor de barriga. Hemos cogido a tiempo el tren dirección Verona, la ciudad de Julieta.
Hemos llegado a las 10:30, las maletas las hemos dejado en la estación y hemos ido a ver la ciudad: El balcón de Julieta, todo el rio que atraviesa Verona. Por supuesto hemos comido helado.
Para comer hemos ido a un turco, porque yo me he encontrado mal todo el día, muy cansado.
Hoy había por toda la ciudad actividades de juegos clásicos del mundo. De España estaba el futbolín.
A las 2 hemos llegado al albergue. Este si que es bonito y grandísimo. Nuestra habitación es de 6 personas y la compartimos con un ingles de edad media súper metrosexual, “ha estado 2 horas depilándose las cejas con pinzas”, y luego había un brasileño y un chileno (que gusto oír español durante más de un minuto…)
He llegado a la conclusión de que los albergues no me gustan, porque la gente no tiene respeto y no se puede dormir, pero me gusta que puedas ver la gente rara que hay por el mundo. ¡¡¡Y muchos paquetes!!!
A las 2:15 nos hemos bajado a los jardines y hemos dormido en el césped hasta las 4.
Después de la siesta hemos dado una vuelta por Verona y a las 6:30 nos hemos subido al albergue, hemos estado en la cama hablando hasta las 7:40 que hemos bajado a cenar (aquí se cena muy pronto).
La cena, sin comentario…
No me a gustado nada, era de 1º un arroz con verduras pero parecía plastilina o puré buagg ¡¡que asco!! Y olía a comida de perro.
Y de 2º ternera con verduras, eso si que estaba bueno, pero mi barriga no aceptaba nada de comida, y no he comido casi de ternera. Cenando hemos conocido a dos chicos alemanes y un Neozelandés que estaban buenísimos. Nos han invitado a ir de fiesta pero mañana tenemos que madrugar.
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